4.3. La proporción en el rostro.

Cuando comienzas a dibujar una cara el estudio de las proporciones entre las diferentes partes de la misma resulta fundamental.
La primera decisión que debes tomar es cómo dibujar el óvalo en el que deberás encajar los diferentes rasgos que configuran el rostro, qué proporción existe entre su altura y su anchura. Pero una vez resuelto esto empiezas a plantearte cuestiones como: ¿a qué altura sitúo los ojos, ¿cuál es la distancia que los separa?, ¿dónde comienza y acaba el pelo?, ¿cuánto mide la nariz?, ¿a qué distancia de ésta sitúo la boca?, ¿dónde coloco las orejas?,...
A veces habrás dibujado retratos que te parece que "tienen algo raro". Esto es así porque nuestra percepción, de nuevo, nos engaña haciéndonos ver cosas que no son reales. En los apartados anteriores has visto que para conocer las verdaderas proporciones de las cosas es necesario comparar.
El rostro humano está proporcionado, todos tenemos un armazón o esqueleto similar que viene determinado por la anatomía: cráneo, nariz, ojos, boca, etc. Sin embargo, estas proporciones no son absolutas ni idénticas en cada persona. Existen unas proporciones básicas que, con pequeñas variaciones, son semejantes en todas las personas, aunque las dimensiones varían de unas a otras. Precisamente lo que diferencia los rasgos distintivos entre unos y otros y permite que seamos únicos y diferentes son las pequeñas desproporciones personales.
Conocer estas proporciones básicas te ayudarán a dibujar correctamente una cara proporcionada y te servirán de guía aunque, cuando estés realizando un retrato, tendrás que estudiar las variaciones personales del esquema general para adaptar tu dibujo al modelo retratado.

Si dividimos la cabeza en cuatro partes iguales
en sentido vertical observaremos lo siguiente:
Y si lo hacemos en sentido horizontal podemos
dividirla en cinco partes iguales:
divisiones rostro

divisiones rostro

La línea de los ojos divide al óvalo en dos partes iguales.
El volumen del pelo no forma parte de las proporciones
del rostro puesto que varía en cada persona, por lo tanto,
deberás dibujarlo al final, cuando tengas correctamente
distribuidos todos los rasgos faciales.

La anchura de la nariz viene a ser una
quinta parte del ancho de la cara.
Los ojos ocupan aproximadamente
los espacios contiguos a ésta por lo
que la separación entre ambos suele
ser igual al ancho de la nariz.
Imágenes de elaboración propia

De forma general el siguiente esquema puede servirte para comenzar a dibujar el óvalo de la cara:

Para comenzar a dibujar el óvalo de la cara
puedes trazar una circunferencia inscrita en
un cuadrado.

Añade aproximadamente una tercera parte del cuadrado
anterior para dibujar la zona inferior del óvalo.

Imágenes de elaboración propia.

Los siguientes pasos te servirán de ayuda para distribuir proporcionadamente los diferentes rasgos de la cara:





Divide verticalmente el
óvalo de la cara en cuatro partes iguales.
Divide la parte inferior en
otras dos.
Divídelo horizontalmente en cinco partes iguales.
Coloca los ojos en la línea
horizontal que divide el
óvalo por la mitad.Sitúa los
ojos en la segunda y cuarta divisiones verticales y la nariz en la central.
La línea de las cejas está a la
misma altura que la parte superior
de las orejas. Trazando líneas desde el punto medio entre los ojos hasta el borde de la nariz te indicará el ancho de la boca. Si trazas otra desde el centro de la nariz hasta el extremo del ojo te marcará el final de la ceja
Imágenes de elaboración propia.

Deja el pelo para la fase final, observando a qué altura de la frente tiene su nacimiento, cómo es la forma del mismo y qué volumen ocupa.
No olvides que se trata de esquemas generales y que cada persona tiene sus peculiares variaciones respecto del mismo.

 

 


Las primeras diferencias entre las proporciones de unos rostros y otros son las que se dan entre las caras de los hombres y las de las mujeres.
En los siguientes vídeos podrás observar el proceso de dibujo, realizado mediante una tableta gráfica, de un retrato a partir del estudio de sus proporciones y en el segundo de ellos podrás comprobar estas diferencias entre un rostro masculino y otro femenino.


Icono IDevice

Pre-conocimiento

Todos parecemos estar de acuerdo en considerar bellos ciertos rostros. ¿Por qué sucede esto?.

Como en apartados anteriores, la belleza de la cara también esconde un secreto que depende de la proporción áurea.

 



Icono de iDevice Reflexión

Realiza el análisis armónico de tu rostro y averigua cuánto se aproxima a la proporción áurea.

Para ello sigue los siguientes pasos:

1.- Pide a alguien que te haga una foto de primer plano de tu cara. Procura posar de frente y en posición horizontal.
2.- Imprime la fotografía.
3.- Sobre el papel ve dibujando los segmentos que, en las seis imágenes de la siguiente presentación, aparecen señalados en color azul. Con una regla, toma las medidas de los mismos y compáralas de dos en dos. Intenta hacerlo con la mayor precisión posible.
4.- En cada imagen, divide la mayor de las longitudes entre la menor.

Cuanto más se acerquen tus cocientes al valor de Φ=1’618, más se aproximarán a las proporciones áureas.
Por el contrario, si los valores son mayores o menores, querrá decir que tu cara es más ancha o alargada, que tu frente es más o menos amplia o que tu nariz es más larga o más corta.

No olvides que no se trata de una cuestión de belleza, sino de averiguar si tus proporciones se ajustan a uno de los cánones de los muchos posibles.