1.1. Los orígenes de la perspectiva


 

 

Desde muy antiguo nos dimos cuenta que si queremos representar de forma medianamente creíble un espacio debemos recurrir a las deformaciones perspectivas. En un principio y de forma muy intuitiva, hemos tratado de imitar  el efecto de tridimensionalidad sobre una superficie plana. Ya viste en el vídeo del apartado anterior cómo lo solucionaron,  entre otros,   los artistas egipcios y bizantinos.  En el vídeo de la izquierda puedes ver algunos ejemplos más de  los principales hitos de la representación perspectiva en el arte del mundo antiguo hasta el Renacimiento, que, por su importancia,  se trató con mayor detenimiento en el tema anterior de esta unidad: "La invención del espacio".

 

Curiosidad

En el siglo V a.C., Agatarco de Samos estableció unas leyes perspectivas que aplica en sus diseños escenográficos. Recuerda la importancia que para los griegos tenían las artes escénicas. Más tarde, en el siglo III a.C., Euclides en su tratado de óptica desarrolla la teoría del cono de visión, donde postula que los rayos visuales hacen un recorrido en línea recta del ojo al objeto. Con ello, si te fijas, estaba poniendo las bases  del concepto básico de la perspectiva cónica.

En el siglo II a. C.,  en Pompeya se realizan unos frescos  donde ya se adivinan algunos elementos arquitectónicos en  pseudoperspectiva. Hay que esperar hasta los inicios del siglo XIV cuando Giotto (1266-1337)  establece su famosa regla geométrica del eje de fuga, según la cual, los objetos representados convergían por grupos a una línea horizontal (en adelante, la línea de horizonte) o vertical ( el modelo de perspectiva en "raspa de pescado" que viste en el tema "La invención del espacio").