1.1. Breve historia de la ilustración

Códice (1584). De St. Brigit en wikimedia bajo dominio público

Algo de historia

La ilustración se remonta a la Antigüedad, los libros manuscritos ya eran acompañados por imágenes. Esas ilustraciones eran obras únicas hechas a mano, aunque posteriormente se les hicieran copias, también a mano.

Con la llegada de la imprenta, en el siglo XV, gracias al alemán Gutemberg, las nuevas técnicas de impresión permitieron reproducir textos en serie y acompañarlos con imágenes. Había nacido una nueva época para el mundo de la cultura y, por extensión, de la ilustración.

En el siglo XVII es importante la figura de Comenio (Jan Amos Comenius). Considerado el padre de la pedagogía moderna, comprendió y dio gran importancia al libro de texto ilustrado, y a la imagen como medio para amenizar el aprendizaje del niño y estimular su imaginación. A la hora de repasar lo aprendido, es más fácil recordar y entender un texto si lo relacionamos con una ilustración.

 

Fragmento de la Biblia de Gutenberg. De Axelboldt en wikimedia bajo dominio público

En el siglo XIX se vive la primera época dorada del ilustrador, gracias a la Revolución Industrial y las nuevas técnicas de impresión, que posibilitan grandes tiradas y la comercialización en serie de libros y revistas, que eran uno de los grandes medios para el entretenimiento de la sociedad. La litografía, de la que te hablaremos más adelante en otro apartado de este tema, fue clave para la reproducción de imágenes gráficas. En 1851, con la invención de la cromolitografía, las imágenes se llenaron de color y propiciaron la llegada del cartel publicitario, coincidiendo a finales de siglo con un auge de las artes decorativas y el nacimiento del Art Nouveau.

Durante el siglo XIX son nombres destacados en el mundo de la ilustración: William Blake, Gustavo Doré, Arthur Rackham, Aubrey Beardsley, Jules Chéret, Alphonse Mucha, Tolouse-Lautrec, etc.

En el cartel de la derecha, de 1899, aparece la bailarina Jane Avril, retratada en varias ocasiones por Tolouse-Lautrec, una obra que destaca por su simplicidad y dinamismo, que curiosamente no agradó mucho al empresario de la artista.

 

De Paris 16 en wilimedia bajo dominio público


A finales del siglo XIX la fotografía se había incorporado como recurso para la reproducción de imágenes y a lo largo del Siglo XX se desarrollaron aún más las técnicas de impresión, lo que acabó por dar una libertad total al ilustrador, que ya no se hallaba limitado por las posibilidades de unos cuantos procedimientos gráficos, ya que fuera cual fuera la naturaleza del diseño, era fácilmente reproducible de forma fácil y en gran cantidad.

Temáticamente, fueron muy relevantes las dos Guerras Mundiales, sin olvidar la Guerra Civil en España, para las que se diseñaron infinidad de carteles. Por otro lado, el desarrollo y la producción industrial aumentaron la demanda publicitaria, y la gran variedad de productos exigía una diferenciación de cara al público mediante la imagen y la tipografía específica para cada marca. Avanzando el siglo, se multiplicaron aún más los mercados para el diseño, por ejemplo el mundo de la música, los cientos de revistas y finalmente, los nuevos medios más allá del papel: La televisión, la era digital e internet en el que nos hayamos inmersos, en la que no solo las grandes empresas, sino cada persona, de forma individual, puede expresarse y mostrar su propio mundo fantástico y creativo.

Estéticamente, el agitado comienzo y evolución del siglo XX dio alas a los creadores. El mundo visual se enriqueció con las propuestas del cubismo, surrealismo, expresionismo, abstracción geométrica, Pop, etc. En los años sesenta la psicodelia aportó un mundo de imágenes del que estamos bebiendo aún hoy en día.

Cartel de 1935-36. De MultichillT en wikimedia bajo dominio público