2. Técnicas de Creatividad

Cuando uno sabe lo que quiere, pero no sabe cómo conseguirlo, tiene un problema cuya solución requiere el “pensamiento creativo”, lo que en el fondo es una manera diferente de usar el cerebro sin utilizar la lógica, aunque ello pueda parecer irracional.

Los profesores de todo el mundo llevan años aplicando las teorías y prácticas (que planteó Edward De Bono en los años 70 y que se han desarrollado por muchos otros pensadores desde entonces para acá) por las que pueden hacer para desarrollar las habilidades mentales de sus alumnos. Cualquier persona, por inteligente que sea, puede echar a perder sus aptitudes si no posee alguna habilidad relacionada con el pensamiento, pues la vida moderna, cada vez más compleja, exige una actitud constructiva: decidir, elegir, tomar iniciativas y ser creativo. No basta, así, con ser muy culto o saber expresarse con claridad. Hay muchas personas extremadamente inteligentes que al final quedan atrapadas en la trama de su propio talento, convirtiéndose así en pensadores deficientes.

De este modo, si aceptas la idea básica de que el pensamiento es en el fondo una habilidad más que se puede aprender, entonces quizá sean suficientes dos o tres consejos que puedes utilizar beneficiosamente en todas tus actividades, artísticas o no.

El pensamiento creativo no es ninguna utopía: en el fondo, las herramientas formales de la creatividad se basan en la lógica de los sistemas de autoorganización, lejos del modelo “fantasioso” al que nos han acostumbrado ciertos investigadores con sus teorías. El pensamiento creativo es una máquina poderosa y fundamental que se debe utilizar en la vida cotidiana. La efectividad de las técnicas que exponemos nos reafirma que este tipo de pensamiento no es ya cuestión de talento, temperamento o suerte, sino una habilidad más que podemos cultivar y desarrollar.

En este apartado del tema vamos a ver algunas estrategias para fomentar el pensamiento creativo adaptadas a la asignatura de Volumen.