4.1. Talleres con personalidad

Cada persona y por supuesto cada artista tiene un mundo propio. El lugar de trabajo, tanto el espacio como la distribución del mismo es muy importante en todas las profesiones. En el caso del artista debe proporcionarle un ambiente en el que se sienta a gusto y que estimule su creatividad, así cada estudio o taller refleja en cierta forma la actividad y la personalidad del que lo habita y las condiciones ambientales varían de un taller a otro.

“Mi sueño, cuando pueda establecerme en algún lugar, es tener un gran taller, no tanto por razones de iluminación, luz del norte, etc., que me dejan indiferente, sino más bien para tener un espacio, muchos lienzos, ya que, cuanto más trabajo, más deseoso estoy de hacerlo”. Joan Miró, 1938.

La filosofía del pintor mallorquín Joan Miró: Disfrutar un gran espacio lleno de lienzos para motivarse en el trabajo.

A pesar de sus palabras, su estudio, diseñado por el arquitecto catalán Josep Lluis Sert en los años 50 sí que es un espacio bien iluminado y desde luego muy amplio, con distintas zonas de trabajo y muchos lienzos, como puedes ver en la imagen.

De martin2movil en flickr bajo licencia cc.
 

Francis Bacon decía de su estudio:

"Me siento aquí como en casa, en este caos, porque el caos me sugiere imágenes. En cualquier caso, adoro vivir en el caos".

Como verás en el vídeo, el ambiente que estimulaba la especial personalidad de este pintor británico era muy desordenado, con una gran acumulación de recortes, restos de pintura, trapos, cajas, etc. Al parecer, y según sus propias palabras, para Bacon esto era imprescindible. Sin embargo, a no ser que sea absolutamente necesario, te recomendamos que "no intentes hacerlo en casa".

 

Lucio Muñoz en su estudio
De Lettelier en wikimedia bajo licencia cc. 

 

Ya te hemos hablado de Lucio Muñoz en este tema, en el epígrafe 3.1. dedicado a la madera como soporte. El siguiente texto, escrito por su hijo Rodrigo unos meses después de su muerte, ilustra la vida y el trabajo en el estudio de este pintor, en su propia casa.

"En los últimos años su estudio estuvo colocado encima de la vivienda. Es un recuerdo imborrable el del sonido del mazo o la azuela allí arriba. Durante la tarde, en casa, nos acompañaba siempre la misma música: Don Giovanni y la sierra eléctrica y el sonido machacón de un martillo fijando un alistonado, Celebidache y la sacudida atronadora de un cuadro de tres metros sobre el suelo (no sé si el cuadro perdía el pigmento acumulado, que es lo que se pretendía; sí sé que la casa estaba a punto de perder la cimentación bajo nuestros pies). Más de una vez algún amigo gracioso preguntaba: "¿Tu padre qué es? ¿carpintero?" , y no le faltaba algo de razón."

Rodrigo Muñoz Avia. Mi padre.

 

De Sterneck en flickr bajo licencia cc.

Estudios compartidos

Una fórmula muy habitual es la de compartir un espacio entre diferentes artistas, por razones económicas, evidentemente, pero también es una forma de enriquecerse culturalmente al ver formas de trabajo distintas a la propia.

En algunos casos, como en el recientemente desaparecido espacio Tacheles, situado en un edificio de Berlín, los artistas pertenecen a diferentes disciplinas (pintura, escultura, música, teatro...) lo que genera un intercambio de ideas y propuestas originales.

En la imagen, estudio en Tacheles.