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1.2. La energía proyectada: objetos activos


En ocasiones proyectamos sobre los objetos ciertas propiedades animistas ya que éstos nos producen emociones, sensaciones y vivencias con las que están relacionados. Proyectamos en ellos parte de la presencia del ser que está ausente, o pueden transportarnos a un lugar determinado o nos provocan temor, alegría, etc. Estos objetos, aunque no se muevan, están activos y son dinámicos en ese sentido. Objetos religiosos como reliquias, objetos familiares pertenecientes a seres ausentes, objetos encontrados en desgracias o catástrofes, etc. son objetos donde persisten unas huellas que nos enlazan con el ser perdido o recordado y que parecen contener, en su interior, parte de la vitalidad de aquellos a quienes pertenecieron. En otras ocasiones, los objetos están realizados especialmente para que nos sirvan de enlaces a estos recuerdos y emociones, con lo que también se convierten en objetos activos. Normalmente, damos mucho valor a este tipo de objetos.

Algunos trajes de Elvis Preley
Doll assemblage
El Cachorro. Sevilla

Lic. CC. En Flickr de joanna8555
Lic. CC. En Flickr de Narah Kimberly
Lic. CC. En Flickr de aypexa

A veces los artistas utilizan estos recursos animistas incorporando a sus obras este tipo de objetos. Cuando este ser o lugar, al que señalan los objetos, no son del todo conocidos, o son objetos incompletos, la obra artística se rodea de un ambiente misterioso, nos plantean un interrogante y una sensación que alcanza al espectador de lleno en sus emociones. Un cajón semiabierto, una carta medio escrita, objetos usados, unas ruinas o construcciones como las pirámides, etc. son indicios, objetos activos.

Caja de ensamblaje
Urban Assemblage #6, Kathie's doll
Lic. CC. En Flickr de danwahl
Lic. CC. En Flickr de Miss_colleen

 

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