3. Coleccionismo, fundaciones y mecenazgo

Seguramente hayas visto más de una vez la famosa película protagonizada por Charlton Heston "La agonía y el éxtasis" donde se narra la vida y el particular calvario que pasó Miguel Ángel mientras pintaba la Capilla Sixtina por encargo de su entonces mecenas, el papa Julio II, como también sus mecenas habían sido los Medici en Florencia.

No te pedimos ver este fragmento completo (es muy largo), solo los dos primeros minutos, que son los que nos interesan para introducir este apartado, aunque el resto no tiene desperdicio para contextualizar el cometido y el trabajo de los artistas durante el Renacimiento.

 

 

El mecenazgo y patrocinio son dos de las formas habituales de protección de las artes. Aunque parecidas, se diferencian en algunos detalles. Primero, veamos en qué consiste cada una:

El mecenazgo artístico, en general, designa un sostén o protección (financiera o material) a un determinado evento o proyecto que puede ser una gran exposición, un proyecto de investigación o la restauración de una conocida obra artística (pintura, escultura, monumento, edificio, etc.). Tradicionalmente, ejercieron de mecenas reyes, condes, duques, papas y otras figuras del clero. Más adelante, toman el relevo conocidas personalidades millonarias como Peggy Guggemhein.

El patrocinio sirve para construir o modificar la imagen pública de una empresa, incluso para corregir una imagen preexistente, considerada incorrecta o devaluada. Asociando su imagen de marca a ámbitos de la cultura y las artes crean una imagen favorable y por tanto, repercute en su prestigio social y a la larga, en sus beneficios económicos.

En ambas, la empresa o institución (normalmente grandes entidades financieras) aporta dinero, soporte logístico (transporte, seguros, etc.) o dotación de material (audioguías, catálogos, etc.). A cambio de este servicio, las empresas patrocinadoras obtienen publicidad, mejoran su imagen pública como parte del plan de comunicación ( campañas de marketing) frecuentemente integrado con otros elementos como la publicidad en los medios de comunicación o patrocinio de otros eventos deportivos o culturales.

Las fundaciones son entidades culturales que muchas grandes empresas financieras crean para dar visibilidad y continuidad a su labor social de mecenazgo y coleccionismo. Dichas fundaciones disponen de sedes y salas propias donde se realizan exposiciones con sus fondos o con fondos de otras procedencias, normalmente otras instituciones con las que suscriben acuerdos de colaboración e intercambio. En España, desempeñan por ejemplo una importante labor en este campo de las artes y la cultura las fundaciones de La Caixa o la Fundación Botín del Grupo Santander. A nivel andaluz podemos reseñar a Cajasol, por ejemplo. Dichas fundaciones también suelen convocar periódicamente becas de creación artística o concursos, mediante los cuales incrementan sus fondos y por supuesto, les aporta, como dijimos, importantes desgravaciones fiscales.

Curiosidad

Ya has visto como comprar arte desgrava y además,  da prestigio. No solo las grandes entidades financieras,  sino también otros sectores empresariales como la moda compiten con museos y fundaciones a la hora de adquirir obras de los más destacados artistas, patrocinar exposiciones o apoyar ambiciosos proyectos de restauración. Ejemplos se pueden poner muchos, aquí tienes uno : Arte de lujo, las firmas de moda son los mecenas del siglo XXI