1.2.2. El claroscuro

Has visto cómo al incidir la luz en los objetos se producen sombras, gracias a éstas percibimos la forma y el volumen de dichos objetos. Dependiendo del tipo de luz y la dirección de ésta, se producen en ellos diferentes grados de iluminación con brillos y sombras.

Como has visto en los apartados anteriores, cuando la luz es demasiado intensa o demasiado tenue difícilmente podremos percibir con claridad sus volúmenes y que las sombras propias del objeto nos ayudan a percibir la forma y la textura del mismo, mientras que las proyectadas nos permiten sugerir el espacio que lo rodea.

Hace mucho tiempo los pintores descubrieron el claroscuro como recurso para representar, mediante el dibujo y la pintura, el relieve de los cuerpos tridimensionales. Las zonas de sombra aparecían casi negras mientras que las que recibían la máxima iluminación se pintaban con colores muy claros.

Las técnicas más comunes para crear el efecto del claroscuro son el sombreado, bien mediante rayado o bien a través de la grisalla; y la mancha.

Aunque en la técnica del claroscuro se puede emplear el color normalmente se suele realizar mediante el empleo de la escala de valores que va del blanco al negro, para crear la ilusión de volumen en un dibujo.

En el siguiente vídeo puedes ver todo el proceso de ejecución de un dibujo de claroscuro a carboncillo y creta blanca:

 

 

 


 

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Actividad

La técnica artística mediante la cual los diferentes grados de iluminación de los objetos se representan gráficamente mediante fuertes contrastes entre las luces y las sombras se llama claroscuro.


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Pre-conocimiento

Maestros del claroscuro.

Esta técnica fue desarrollada inicialmente por los pintores flamencos e italianos del Renacimiento pues hasta este momento los artistas no habían mostrado ningún interés por representar el efecto de las luces y las sombras en sus obras, pero fue en el Barroco, con el Tenebrismo, cuando alcanzó su máximo desarrollo.
Rembrandt, pintor holandés del siglo XVII es considerado el gran maestro del claroscuro y Caravaggio del Tenebrismo.


Valoración tonal.

Para modelar las formas mediante el estudio de cómo la luz incide en ellas, es conveniente realizar lo que se conoce con el nombre de valoración tonal. Dicha valoración permite, a través de una imagen monocromática, crear la sensación de volumen de los cuerpos traduciendo a diferentes gamas de grises los distintos grados de luminosidad del modelo.

La forma de pasar del claro al oscuro depende de la superficie del objeto, si éste tiene aristas la gradación se produce mediante cambios bruscos de un tono a otro pero si se trata de superficies curvas dicha gradación será suave y habrá que recurrir al difuminado.

 

 

Las diferentes técnicas estudiadas en los temas 1 y 2 te permitirán realizar una adecuada valoración de grises. Con las técnicas secas, y dependiendo de sus diferentes posibilidades, podrás realizar el degradado bien mediante el difuminado o bien recurriendo a la de trama de líneas. Con las húmedas debes conseguirlo mediante la mancha que estudiaremos en el siguiente apartado.

 

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Imagen de Danila Panfilov con licencia CC vía flickr

 

Realiza la valoración tonal de esta fotografía, mediante el siguiente proceso:

  1. Descárgala en tu ordenador, auméntale el contraste, si lo consideras necesario, e imprímela en blanco y negro.
  2. Sobre ella rodea, mediante líneas de color, las diferentes áreas en las que identifiques una misma tonalidad de gris. En aquellas zonas donde haya demasiados detalles, como por ejemplo el pelo, deberás simplificarlos. Puedes ir de la más oscura a la más clara o a la inversa, pero recuerda que un mismo gris es posible que se repita en diferentes zonas de la imagen. Identifica cada tono de gris con un color diferente.
  3. Coloca sobre la fotografía un papel vegetal y calca las líneas de los diferentes valores tonales que has delimitado.