3. Por dónde empezar: procesos de dibujo.

 

El proceso de dibujo se aprende y se perfecciona con el tiempo a base de ejercicios y grandes dosis de paciencia. Esa evolución a base de práctica proporciona al artista un estilo propio y personal. No obstante, se tienen que conocer y poner en práctica unas leyes o principios básicos aptos para poder empezar a caminar. Sin estas nociones empezaremos con un camino muy pedregoso. Lo primero, situarnos y coger el material. La situación variará según el espacio de trabajo. En el interior, dentro del estudio, nos colocaremos en la mesa de dibujo o en un caballete si es un formato mayor; en el exterior apoyar la hoja sobre una carpeta rígida o una carpeta para conseguir la estabilidad del soporte en papel. El material, el imprescindible: libreta u hoja, lápiz o carboncillo, goma y paciencia... lo básico. Y ahora a trazar, como este afanado estudiante de arte dibujando al carboncillo...

 

 

El encuadre y el encaje son dos de esos principios básicos mediante los cuales se inicia la enseñanza tradicional del dibujo. Ya, a lo largo del pasado curso tuviste sobradas ocasiones de realizar determinadas prácticas tanto de encuadre como de encaje con objetos y figuras humanas, así como entender la importancia del esbozo o apunte, como proceso de síntesis por el cual el artista da visibilidad a sus proyectos e interpretaciones de la relidad. Profundizaremos un poco más en estos importantes aspectos procedimentales del dibujo, por lo que le dedicaremos los siguientes epígrafes.