1. La revolución digital: los mapa de bits

"El origen de Photoshop",  de  MarcoPapale.com en Flickr bajo CC

Desde que nuestros antepasados modelaran las primeras vasijas de barro o pintaran bisontes y ciervas en las paredes de la cueva de Altamira, las herramientas y técnicas no han dejado de perfeccionarse para hacer el trabajo más fácil y efectivo. Internet y el desarrollo tecnológico, en los tiempos actuales ha producido un salto de dimensiones espectaculares en el mundo de las imágenes, en la forma de crearlas, manipularlas y difundirlas. Y entre ellas, claro está, las imágenes artísticas.

Hasta la llegada del ordenador personal y el desarrollo de programas específicos, el tratamiento fotográfico estaba fuera del alcance del ilustrador o el diseñador.  Actualmente,  son cientos los programas y aplicaciones informáticas  que reproducen las técnicas y efectos de los laboratorios tradicionales, así como todos aquellos utensilios  de retoque y trucaje tanto los puramente fotográficos como aquellos destinados al dibujo y la ilustración artística creativa como las tabletas digitales.

 

Dibujando con uan tableta digital
Dibujando con una tableta digital, fotografía de Buou en Flickr bajo CC

 

Por supuesto que esto no implica la suplantación de lo analógico por lo digital. Estos programas son tan útiles tanto para el usuario normal como para los profesionales del sector. Dichos programas, hoy día asequibles al gran público incluso para dispositivos portátiles (móviles, smarphones, tablets, etc.),  sirven tanto para el retoque básico como para  experimentar con filtros y efectos creativos. A un nivel más profesional y con programas más avanzados, ilustradores, dibujantes y diseñadores de distintos ramos utilizan y combinan estos programas para  adecuar las imágenes fotográficas a las técnicas  de reproducción gráfica y la impresión digital destinada a usos comerciales como libros, pósters, folletos,  carteles y revistas ilustradas.

Todas las herramientas necesarias, todos los útiles imaginables y todos los recursos cromáticos, texturas, efectos, etc.,  se tienen ahora al alcance de la mano si se dispone de un buen ordenador y de imaginación para utilizarlos. El estudio del ilustrador, diseñador o artista digital, se reduce a eso: una mesa, un ordenador, unas aplicaciones y programas, unos cuantos periféricos y poco más. La idea que surge de la mente  puede ser plasmada simplemente manejando un teclado y un "ratón" y además, dichas herramientas te permiten rectificar, corregir, modificar, mezclar y compartir las imágenes creadas. Y lo mejor de todo, si necesitas algo en concreto, en internet puedes acceder en unos pocos clics a un sinfín de aplicaciones y recursos.  Pero recuerda que el ordenador por sí mismo "no crea".

La mentada revolución informática en el sector artístico y gráfico profesional se debe a grandes avances tecnológicos en los dos principales campos del sector: el hardware y el software, conceptos ya de uso común en nuestro lenguaje y que se repasarán en el siguiente subapartado.